viernes, 9 de septiembre de 2011

Lo nuestro no acabó...jamas ha acabado...

No soy nadie especial. Solo soy una chica corriente con pensamientos corrientes. He llevado una vida corriente. No me han hecho ningún monumento y mi nombre pronto quedara en el olvido.
Pero según como se mire he tenido mucho éxito como muchas otras personas en la vida. He amado a otra persona con todo mi corazón y eso para mi siempre ha sido suficiente. 

Cuando tú lloras, yo lloro, cuando tú sufres, yo sufro. Juntos intentaremos contener las lágrimas y desesperación, y superar los misteriosos baches de la vida. 


Y yo me pregunto...¿Has amado alguna vez a alguien hasta llegar a sentir que ya no existes? ¿Hasta el punto en el que ya no te importa lo que pase? ¿Hasta el punto en el que estar con él ya es suficiente, cuando te mira y tu corazón se detiene por un instante? 

"Para decir yo te amo, primero hay que saber decir Yo"

Ayn Rand afirmaba que la verdadera libertad empezaba en el individuo, en uno mismo. Esta frase es la base de lo que AYN Rand denominaba el Egoismo Razonable, la necesidad de pensar de vez en cuando en uno mismo para conseguir el equilibrio personal. La necesidad de hacerte valer, para que los demás te valoren, de tener la valentía de mostrar tus sentimientos sin juzgar y sin miedo a ser juzgado. De defender como de verdad es uno por encima de lo que piensen los demás, la necesidad de ser simplemente feliz sin dar explicaciones a nadie, sean cuales sean las consecuencias.

Amo la sensación de estar enamorada, el efecto de sentir mariposas cuando te levantas en la mañana. Eso es especial.

A veces basta un instante para olvidar una vida, pero a veces no basta una vida para olvidar un instante.

Todo está al alcance de la mano. Fácil y bonito. Pero de repente llega la duda, el miedo a equivocarse y a no haber entendido bien lo que el corazón siente de verdad. Y puf. Nada. Una promesa fallida.
No exageremos, la vida es así. Uno se cae, se vuelve a levantar y sigue adelante. Todo el mundo tiene derecho a cometer un error, y en caso de que ni siquiera hayas cometido nunca ninguno, hasta dos.


Gracias a cada error cometido NUESTRO amor se hace cada día más fuerte y más difícil de romper...
Lo más extraño es que a veces no nos damos cuenta de hasta qué punto nos quieren las personas que nos rodean hasta que te perdonan cosas imperdonables.